Luego de un traspié económico y ante la necesidad de buscar una fuente de ingreso, a finales de 2007, se gestó la idea de publicar una revista de clasificados. La cuestión original fue una revista de clasificados con fotos, en blanco y negro, semanal y con una tirada de 500 ejemplares. Pero con el pasar de los primeros días la revista se fue perfilando.
En esos momentos de creación, obtuvimos un par de ejemplares de la revista de clasificados ABC, de Bariloche. Esta publicación era muy similar a lo que teníamos como objetivo para con nuestra revista.
ABC publica 9.000 ejemplares por semana y gratis pero cobra los clasificados. Su ingreso también proviene de las publicidades. Lejos de tanta cantidad, nuestra revista se gestó en 1.000 ejemplares semanales gratis, con clasificados gratis y sosteniéndola con sólo publicidades.
La gran diferencia con ABC fue que la revista Zeta se distribuyó en mano y gratuitamente en la administración pública provincial, nacional y municipal, oficina por oficina. Dejando en kioscos unos 300 de los 1.000 semanales. Así se logró, en pocas semanas, que la revista se conociera y llegaran a la redacción decenas de clasificados vía mail, teléfono y buzones, los que fueron repartidos estratégicamente en kioscos de Viedma, Carmen de Patagones El Cóndor.
La búsqueda del nombre para la revista no tuvo demasiados dilemas. Se debía buscar un nombre corto y simple. Zeta fue el nombre. En el otro extremo del ABC de Bariloche estaba la Zeta de Viedma.
La adquisición de una Pc, una línea de teléfono fija, conexión a Internet y conocimiento sobre programas como QuarkXPress y Photoshop, fueron cuestiones que se necesitaron y resolvieron de manera inmediata.
Tras seis meses de reparto en la administración pública, vimos una merma en la cantidad de clasificados que nos llegaban a la redacción: “los empleados públicos habían vendido y comprado todo lo que tenían y podían”. Por otra parte, resolvimos que la revista estaba llegando a un porcentaje de gente no reducido sino acotado. Se decidió cambiar la estrategia y dejar en las mesas de entrada de las reparticiones públicas tan solo 250 revistas y el resto llevarlos a kioscos. Está claro que seguía siendo gratis su adquisición.
Desde el primer ejemplar, se optó por llevarle una revista a cada cliente todos los viernes. El fin era que quién ponía publicidad, pudiera ver que su aviso estaba ahí. También consideramos que era mostrar cierta cortesía con quienes apoyaban Clasificados Zeta.
Poco tiempo después, considerando los altos costos con los cuales nos enfrentábamos, la Zeta pasó a cobrarse y ya no se pudo dejar gratis en la repartición pública. Este aliciente económico permitió achicar la deuda inicial contraída y mejorar el ingreso del personal que se encargaba del reparto de revistas.
Hoy en día, la revista Zeta se distribuye en más de 40 kioscos de Viedma, Patagones, El Cóndor, e ingresan por distintos medios unos 300 avisos clasificados nuevos cada semana. Contamos con 3 cuentas en Facebook que suman casi 14000 contactos, una página web y 1100 revista cada viernes.